lunes, 3 de junio de 2013

... y te quedaste ahí, enfrente de mi,
lo suficiente cerca como para acariciarte.
Lo suficiente cerca como para esperar
que no pudieras ver lo que estaba pensando.

Porque mientras paso mis dedos por tu pelo
veo las luces entremezclarse, 
posarse en tus pestañas y después...
después, desaparecer.

No hay comentarios: